Sus pies son los expertos de la pista cuando se pone los patines y con ellos intenta enseñar la técnica de este deporte a, generalmente, niñas de corta edad. Porque montado en cuatro ruedas es como se le pasan las horas del día a David Mariano, el mejor navarro en patinaje artístico. Se trata, además de su pasión, de un deporte minoritario que acaba de celebrar el campeonato de España. El de Beriáin llegó y causó sensación en Barcelona, donde se proclamó subcampeón.
•Dni
Tras esto, sus patines ya tiene próximo destino: el Mundial de patinaje artístico le ha citado en Alemania.
Las puntuaciones le han hecho triunfar en el campeonato de España, ¿cómo se siente?
Muy bien. Ha sido redondo porque yo no aspiraba conseguir ningún título ni ninguna posición en el podio por la gente que había, pero al final los resultados fueron una gran sorpresa. Me hizo mucha ilusión.
¿Se lo esperaba?
Podía quedar entre los cinco primeros. Cuarto o quinto, más bien, pero una vez que la gente empezó a fallar me animé y dije "esta es la mía, ahora sí".
Y después del campeonato de España ya se dirige al Mundial de Alemania...
Estoy feliz, muy feliz, porque en un principio iba a ir al Europeo, pero las normas de la federación dicen que si el primero y el segundo clasificados con buenas puntuaciones van directos al Mundial. En un principio no sabía si lo iban a cumplir pero mi sorpresa fue que sí.
¿Va a por todas?
No me voy a poner ningún reto porque es el primero, no tengo ninguna presión y voy a disfrutar. Si lo hago bien, mejor y sino, no pasa nada.
Pero tocará prepararse en medida a las circunstancias, ¿no?
Sí, ya he empezado a prepararme físicamente, corriendo, yendo al gimnasio, haciendo ejercicios de flexibilidad y patinando un poquito, de momento.
¿Qué piensa de la posición de este deporte en nuestro país?
Como todos los deportes minoritarios en España, si no pagas, no te dan. O te gastas mucho dinero o destacas porque eres bueno o si no, no tienes nada que hacer. Yo hasta hace tres años no recibía subvenciones, pero los gastos siempre superan ese dinero.
¿Ha llegado a perder dinero?
Sí. Siempre. Porque entre los patines, las ruedas y la ropa esto es un dineral. Los patines por ejemplo valen 2.000 euros.
¿Qué le diría a la gente que nunca ha pensado en el patinaje artístico como deporte?
Que esto es un show, un espectáculo hacia la gente. Yo también patino para que la gente disfrute viéndome, a parte de por satisfacción personal, claro.
¿Por qué cree que no interesa?
Porque el patinaje sobre hielo es el que está en televisión y ese es el que gusta. Yo trabajo en una pista de hielo de Pamplona y sé que eso sí llama.
¿Hay diferencias entre hielo y pista?
Muchísimas. Para mí, que soy de ruedas, muchísimas. El punto de apoyo por ejemplo está en el centro y a la hora de saltar es más difícil. Aunque para alguien que no sabe patinar, hacerlo sobre hielo resulta más fácil.
¿Cuál es el salto más difícil que ha realizado?
Los triples, que tienen bastante dificultad, y las piruetas talón.
¿Quién le calzó por primera vez unos patines?
Una prima mía patinaba de pequeña. A mí me gustaba y le iba a ver hasta que mi madre me compró unos patines de juguete para apuntarme. Cuando empecé, los entrenadores dijeron que tenía futuro y hasta hoy.
¿Cuantos años cumplía entonces?
Tenía 7 y desde aquél día sólo he dejado de patinar una temporada, a los 13, que fue una edad difícil.
Pero volvió. ¿Por qué?
Lo echaba de menos. Si algo te gusta, acabas echándolo en falta.
¿Qué es para usted el patinaje?
Una forma de vida porque cuando patino me olvido de lo demás. Es una vía de escape de mi rutina.
¿Qué siente cuando se viste de patinador?
No sabría explicarlo. Siento felicidad y adrenalina. Sobre todo en los campeonatos porque es un esfuerzo extra y tienes que hacerlo bien.
¿Cuál ha sido el mejor momento de su carrera deportiva?
Este. Porque estoy en una nube. Es una pasada ir al Mundial porque para rato pensaba que iba a conseguirlo a esta edad, tan pronto
•Dni
Tras esto, sus patines ya tiene próximo destino: el Mundial de patinaje artístico le ha citado en Alemania.
Las puntuaciones le han hecho triunfar en el campeonato de España, ¿cómo se siente?
Muy bien. Ha sido redondo porque yo no aspiraba conseguir ningún título ni ninguna posición en el podio por la gente que había, pero al final los resultados fueron una gran sorpresa. Me hizo mucha ilusión.
¿Se lo esperaba?
Podía quedar entre los cinco primeros. Cuarto o quinto, más bien, pero una vez que la gente empezó a fallar me animé y dije "esta es la mía, ahora sí".
Y después del campeonato de España ya se dirige al Mundial de Alemania...
Estoy feliz, muy feliz, porque en un principio iba a ir al Europeo, pero las normas de la federación dicen que si el primero y el segundo clasificados con buenas puntuaciones van directos al Mundial. En un principio no sabía si lo iban a cumplir pero mi sorpresa fue que sí.
¿Va a por todas?
No me voy a poner ningún reto porque es el primero, no tengo ninguna presión y voy a disfrutar. Si lo hago bien, mejor y sino, no pasa nada.
Pero tocará prepararse en medida a las circunstancias, ¿no?
Sí, ya he empezado a prepararme físicamente, corriendo, yendo al gimnasio, haciendo ejercicios de flexibilidad y patinando un poquito, de momento.
¿Qué piensa de la posición de este deporte en nuestro país?
Como todos los deportes minoritarios en España, si no pagas, no te dan. O te gastas mucho dinero o destacas porque eres bueno o si no, no tienes nada que hacer. Yo hasta hace tres años no recibía subvenciones, pero los gastos siempre superan ese dinero.
¿Ha llegado a perder dinero?
Sí. Siempre. Porque entre los patines, las ruedas y la ropa esto es un dineral. Los patines por ejemplo valen 2.000 euros.
¿Qué le diría a la gente que nunca ha pensado en el patinaje artístico como deporte?
Que esto es un show, un espectáculo hacia la gente. Yo también patino para que la gente disfrute viéndome, a parte de por satisfacción personal, claro.
¿Por qué cree que no interesa?
Porque el patinaje sobre hielo es el que está en televisión y ese es el que gusta. Yo trabajo en una pista de hielo de Pamplona y sé que eso sí llama.
¿Hay diferencias entre hielo y pista?
Muchísimas. Para mí, que soy de ruedas, muchísimas. El punto de apoyo por ejemplo está en el centro y a la hora de saltar es más difícil. Aunque para alguien que no sabe patinar, hacerlo sobre hielo resulta más fácil.
¿Cuál es el salto más difícil que ha realizado?
Los triples, que tienen bastante dificultad, y las piruetas talón.
¿Quién le calzó por primera vez unos patines?
Una prima mía patinaba de pequeña. A mí me gustaba y le iba a ver hasta que mi madre me compró unos patines de juguete para apuntarme. Cuando empecé, los entrenadores dijeron que tenía futuro y hasta hoy.
¿Cuantos años cumplía entonces?
Tenía 7 y desde aquél día sólo he dejado de patinar una temporada, a los 13, que fue una edad difícil.
Pero volvió. ¿Por qué?
Lo echaba de menos. Si algo te gusta, acabas echándolo en falta.
¿Qué es para usted el patinaje?
Una forma de vida porque cuando patino me olvido de lo demás. Es una vía de escape de mi rutina.
¿Qué siente cuando se viste de patinador?
No sabría explicarlo. Siento felicidad y adrenalina. Sobre todo en los campeonatos porque es un esfuerzo extra y tienes que hacerlo bien.
¿Cuál ha sido el mejor momento de su carrera deportiva?
Este. Porque estoy en una nube. Es una pasada ir al Mundial porque para rato pensaba que iba a conseguirlo a esta edad, tan pronto